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Más allá de ser un importante elemento decorativo, el sofá en piel o tela es notable por convertirse un punto de reunión social ya sea con nuestros amigos, la vez que brinda comodidad y bienestar a los visitantes.
Ya sea un sofá en piel o tela, el propósito de uso no es sólo soportar el peso de los integrantes de la familia y es clave estar bien informado sobre su apariencia, estructura, ergonomía, tamaño, relleno, consistencia, comodidad, resistencia.
No obstante, debe tener en cuenta que generalmente la piel se desgasta más, aunque bien cuidada puede durar años.
Así pues, para una vivienda familiar con niños puede ser mejor el uso de tela, que puede ser retapizada fácilmente o cubierta por una segunda tela.
Diferencias entre sofá de piel y de tela
En primer lugar, al momento de adquirirlo requiere una inversión importante, por eso se debe elegir muy bien. La tela, la piel, el color; si lo quiere mullido que en su mayoría están rellenos de espuma, u otro modelo más rígido relleno de plumas que proporcionan firmeza y suavidad.
Por otro lado, los sofás en piel o tela, formas las hay infinitas; rectangulares, redondos, convertibles, modulares, son la pieza más importante de la sala, por el espacio que ocupan y suelen ser los enseres más usados de la estancia.
Ventajas y desventajas del sofá de piel o tela
•La piel es más caliente, por tanto en invierno le ayudará a conservar el calor, pero en verano le puede hacer sudar.
•Requieren una limpieza diferente y a la piel es necesaria una limpieza especial.
•Los sofás en piel, suelen ser más caros generalmente.
•Por otro lado, los sofás de piel son más elegantes y sobrios, mientras que los de tela suelen ser más moldeables y adaptables a cualquier estilo.
•Los sofás más grandes suelen ser de tela.
•Son más delicados los sofás de piel que los de tela. Por ello se recomienda que escoja bien el tono de la piel, si se decide por este tejido.
•La piel se trabaja de forma diferente que la tela, en la tela se pueden hacer bordados o tejidos originales, en la piel fruncidos como el del clásico sofá ‘chesterfield’.
