La meditación es una excelente herramienta para apartar la mente del ajetreo diario y recuperar la capacidad de estar enfocados.
Prácticamente cualquier actividad del día requiere concentración, ya sea leer, estudiar, trabajar o sencillamente mantener una conversación. Sin embargo, en ocasiones es frecuente “perder el hilo” o pasar por momentos en los que aumentan las distracciones y nos cuesta un gran esfuerzo mantenernos concentrados mientras hacemos algo.
La concentración no es otra cosa que la utilización de nuestros recursos cognitivos enfocándolos en algo en concreto y manteniéndolos el tiempo que sea necesario. Cuando estamos concentrados en una tarea, todo lo demás se difumina y nos permite llevarla a cabo satisfactoriamente.
Puedes elegir entre diferentes técnicas, pero la clave está en que una vez te encuentres en ese lugar tranquilo, comiences a dejar fluir tus pensamientos sin juzgarlos, simplemente observando.
Es normal que al principio pueda resultar difícil, ya que es sorprendente cómo nuestro cerebro “nos habla sin parar”. Te ayudará el centrarte únicamente en tu respiración y encontrar una postura en la que te encuentres del todo cómodo.
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