La llegada de los vitrales a México comenzó a partir del siglo XVII, provenían de distintas regiones del mundo y eran considerados un lujo.
Debido a su importancia estética, dichas obras de arte se realizaron al interior de los edificios más importantes de la ciudad.
Vitral del Gran Hotel Ciudad de México
El antiguo Centro Mercantil, ahora Gran Hotel Ciudad de México, alberga uno de los más bellos vitrales de estilo Art Nouveau. Se realizó en el año 1906 y es obra del francés Jacques Grüber.
El maravilloso vitral Tiffany, está conformado por tres cúpulas vítreas en su parte más alta, además, está articuladas a través de un plafón de hierro.
Vitral del Palacio de Bellas Artes
El vitral está ubicado al interior del Teatro Nacional, ahora llamado Palacio de Bellas Artes, que es obra del italiano, Adamo Boari. Asimismo, la cortina de vidrio representa el paisaje que enmarca a los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.
Vitral del Palacio de Hierro en el Centro Histórico
Siguiendo con el Palacio de Hierro, que es uno de los edificios más emblemáticos del Centro Histórico, esta obra de estilo Art Nouveau, fungió como la primera tienda departamental de México, influenciada por las tendencias en Europa.
El gran vitral, obra de Grüber, se encuentra al interior y fue añadido después del incendio que sufrió el edificio en el año 1914.
Vitral del Castillo de Chapultepec
Ciertamente, el vitral en la sala de emplomados al interior del Castillo de Chapultepec, es uno de los 5 vitrales impresionantes, debido a su magnitud e historia. Porfirio Díaz los encargó y fueron traídos desde París, en 1900.
Vitral de la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad en El Altillo
Como resultado, podemos observar la obra de la artista Kitzia Hoffman, al interior de la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, en El Altillo.
Por último, cabe resaltar que el uso de los vitrales ha sido una importante integración plástica en la arquitectura cultural y comercial, como se ha mostrado a lo largo de este recuento.
